Epífitas. No se puede captar, en una sola palabra, toda la complejidad de la vida sobre el suelo de la selva en los bosques tropicales. Las epífitas son aquellas plantas que crecen sobre otras plantas usándolas como soporte. Incluyen orquídeas, helechos, cactus, lianas o bejucos, arbustos e incluso otros árboles. Te invito a que cierres los ojos. Imagina la cantidad de vegetación estridente que crece en un bosque tropical. Una gran cantidad de ella está compuesta de epífitas. Son tan abundantes y complejas que, básicamente, tienes otro bosque creciendo en las copas de los árboles. Para obtener más información sobre estas maravillosas plantas y cómo suman a la biodiversidad del bosque húmedo tropical, consulta un blog anterior sobre el tema.
En pocas palabras, las epífitas añaden vida al bosque. Pero hay una cosa que está menos clara y es cómo el bosque agrega vida a las epífitas. Estas plantas pueden crecer cientos de metros arriba en el bosque. ¡De verdad! ¿Cómo lo hacen? Me gustaría que conocieras a Sybil Gotsch, porque estudia el “corazón” de estas plantas y tiene las respuestas. Sybil es profesora en el Franklin and Marshall College, pero su “oficina” está en las copas de los árboles, particularmente en la legendaria Reserva del Bosque Nublado Monteverde, en Costa Rica.
En caso de que no lo sepa, Monteverde es un tipo de “bosque nublado tropical” o bosque húmedo montano tropical. Esto significa que el bosque crece en las laderas de montañas que están constantemente cubiertas de nubes y niebla. La densidad de epífitas es impresionante en los bosques nublados. ¡Hay alrededor de 800 especies de epífitas solo en Monteverde!, y se estima que 100 metros cuadrados de bosque nublado de Monteverde albergan casi DOS TONELADAS de epífitas. Tanto como el 35% de todas las hojas, y el 45% de todos los nutrientes en el dosel del bosque, están formadas por epífitas. Lo que significa que, si decides estudiar la vida de las epífitas, Monteverde es un buen lugar para hacerlo.
Uno de los acertijos que Sybil ha logrado responder es cómo las epífitas manejan el agua en las copas de los árboles. Piénsalo un segundo. Las epífitas no están enraizadas en el suelo y tienen que obtener toda su dosis de agua desde el dosel, donde hace viento, sol y sobrevivir a estas condiciones, cercanas a la sequía, puede ser un gran desafío. Una vieja suposición es que las epífitas absorben el agua de todas las nubes y la niebla a través de sus hojas. Es una suposición lógica para estas plantas que pasan la mitad del año sumergidas en las nubes. Sin embargo, los científicos no solo asumen, hacen preguntas, indagan y descubren. Por eso es que Sybil tiene estaciones meteorológicas con energía solar instaladas en el dosel. También disecciona las hojas bajo microscopios e inyecta nitrógeno y agua a presión en secciones de tallos para comprender el flujo de la savia. Ella tiene toda una tripulación balanceándose de cuerdas, estilo Tarzán, realizando esta investigación. Por esto Sybil es que tiene las respuestas.
Primera respuesta: Todas las especies de epifitas que estudió pueden y absorben agua directamente a través de sus hojas. Pero algunos son mejores que otras. La vieja suposición es cierta, pero qué tan bien una epífita absorbe agua depende, en realidad, del tipo de planta.
Segunda respuesta: Algunas epífitas tienen tejidos especiales que almacenan agua en sus hojas. (¿Puedes decir hydrenchyma?) Absorber agua a través de tus hojas es una respuesta para sobrevivir a la sequía, pero otra estrategia es poder almacenar agua.
Tercera respuesta: Las epífitas rellenan el agua de sus hojas por la noche. Hace más frío por la noche, y a menudo está nublado, por esto el agua que se pierde durante los días soleados y con viento se repone durante las horas frescas y húmedas. ¡Las plantas no son tontas!
Estos son solo algunos de los descubrimientos de Sybil. No hay tiempo para explicarlos todos, pero aquí está lo que necesitas saber.
Primero, las epífitas tienen un montón de estrategias para sobrevivir al estrés hídrico en el dosel. Ellas son de diferentes tamaños, algunos son más leñosas mientras que otros son hierbas suaves, las hojas pueden ser gruesas o delgadas, y así sucesivamente. Es la diversidad de estrategias lo que permite que dos toneladas de epífitas coexistan en una parcela de 100 m2. La diversidad es el sello distintivo de los bosques tropicales. Las epífitas han descubierto el problema del agua y, al hacerlo, contribuyen a la increíble biodiversidad de los bosques tropicales.
En segundo lugar, debido a que las epífitas capturan agua del aire –(de hecho, colectan agua a todo el ecosistema forestal, incluida el agua que llega al suelo y luego a los arroyos y ríos)-, todo ser humano que vive río abajo de un bosque nublado depende de las epífitas para el agua que beben, con las que cocinan y para regar sus cultivos.
Por último, el cambio climático global puede destruir todo eso. Actualmente, en Monteverde hay más días en el año sin nubes de lo que solía haber, y la base de la capa de nubes sigue aumentando en altitud. En pocas palabras, el cambio climático global está privando a las epífitas de tener agua. Y cuando eso sucede, el bosque, la vida silvestre y los humanos también tienen menos agua.
Referencias
Gotsch, S. G., N. Nadkarni, A. Darby, A. Glunk, M. Dix, K. Davidson, and T. E. Dawson. 2015. Life in the treetops: ecophysiological strategies of canopy epiphytes in a tropical montane cloud forest. Ecological Monographs 85:393-412.